Según la Organización Mundial de la Salud cada 40 segundos se suicida una persona y cada 3 otra lo intenta. Son cifras impresionantes y dolorosas, pero es la realidad.
La OMS también indica que el 90% de los casos de suicidio podrían llegar a evitarse. Para esto es fundamental identificar a tiempo las señales de que una persona está considerando quitarse la vida. A continuación van las principales:
Frases que reflejan desesperanza, tales como: no aguanto más, no sirvo para nada, sólo causo problemas, preferiría estar muerto. Tradicionalmente se creía que cuando una persona hablaba de quitarse la vida no había que tomarlo en serio. Hoy se sabe que estos avisos no deben pasarse por alto.
Cambios bruscos en el comportamiento, sobre todo cuando una persona presenta una sorpresiva calma después de un período de ansiedad.
Comportamientos autodestructivos, como tomar alcohol en exceso, consumir drogas ilícitas o hacerse cortaduras en el cuerpo
Sentimientos de culpa sin resolver.
Y algunos especialistas hablan de estar atentos a las 4 D: depresión, desesperación, desesperanza y desamparo.
¿Cómo podemos ayudar cuando identificamos a alguien en esta situación? Primero, siempre tomar en serio estas señales. Segundo, ayudar a hablar a la persona que está sufriendo, mostrando sincero interés en lo que le pasa y disposición a escuchar. Si la persona padece depresión o tiene problemas con el alcohol o las drogas hay que buscar ayuda profesional. También es muy importante guardar en un lugar secreto los medicamentos que tengan potencial suicida y las armas de fuego (también las sogas y cinturones).
Ahora bien, ¿qué hacer si algunas de las señales de riesgo de suicidio las vemos en nosotros mismos? Sólo hay una respuesta: hablarlo.
Si tenés pensamientos suicidas, no te lo guardes, hablalo con alguien de confianza. Si pensás que lo mejor sería desaparecer, ya no estar en esta vida, hablalo. Si has pensado en cómo podrías quitarte la vida, hablalo por favor. Si tenés este tipo de pensamientos, tu mente te está haciendo una trampa: esa no es la solución. No te quedes sufriendo solo, sola, buscá ayuda.
Nuestra mente se puede enfermar… ¿Qué pasa cuándo se enferma el estómago? No cumple bien su función, hay que cuidarlo para que se recupere. Lo mismo puede pasar con el corazón, o con cualquier otro órgano. También puede suceder con nuestro cerebro y, por lo tanto, con nuestra mente. Se puede enfermar y no cumplir bien su función (a todos nos puede pasar). Entonces nos tira mensajes totalmente negativos: “yo no sirvo”, “yo molesto”, “nadie me quiere”, “nada tiene sentido” … Pero estos pensamientos no reflejan la realidad, sino que son síntomas de que la mente no está funcionando bien. No podemos hacerle caso a nuestra mente cuando tenemos este tipo de pensamientos, necesitamos buscar ayuda y hablar.
Si tenés fe o estás dispuesto a darte una oportunidad de probar con la fe, te animo a que leas lo que dice el Salmo 40 de la Biblia, especialmente en sus primeras líneas. Te va a hacer muy bien. También, ya mismo podés hablar con Dios. Contale lo que sentís, abrí tu corazón y desahogate. Luego te resultará más fácil hablarlo con una persona.
En Argentina te podés comunicar al númerotelefónico 135 las 24 horas del día. O contá con nosotros escribiéndonos al FB “Una Luz Radio y Tv”. Te lo digo de corazón: no estás solo, sola. Y hay una salida.
Lic. Rodrigo Arias
Licenciado en Teología y en Psicología.
Conductor del programa radial y televisivo Una Luz en el Camino