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Hacer tareas sin peleas ¡es posible!

Hace tareas sin peleas ¡es posible!

¿Cómo hacer para que los deberes se transformen en quereres, que el niño sienta que son suyos, que es su responsabilidad y quiera hacerlos?

*Psicop. Liliana González

 

Es muy común escuchar que los niños se resisten a hacer los deberes en casa, y que esto muchas veces deriva en peleas o  enfrentamientos, malos ratos que perjudican a chicos y grandes en la vida cotidiana y en el proceso educativo en general. Transformar algunas rutinas negativas en positivas  pueden ayudar a la hora de hacer los deberes en casa, generando un entorno favorable para acompañar a nuestros niños (y no tan niños) en este proceso:

NO PROTESTAR SOBRE LOS DEBERES FRENTE A ELLOS: si bien podemos o no estar de acuerdo con la existencia o la extensión de las tareas, como adultos, debemos aceptar la realidad de que los deberes están ahí, para hacerlos. Los alumnos deben disponer de tiempo, tanto, para hacer frente a las obligaciones académicas como para disfrutar. Esto les permite asumir responsabilidades y les enseña a organizarse fuera de la escuela.

NO CONVERTIR EL MOMENTO DE HACER LA TAREA EN UNA DISCUSIÓN: en su lugar, pensarla como una oportunidad para que los niños aprendan y para que las familias participemos en la educación de nuestros hijos. Los niños no trabajan bien bajo presión o ansiedad (nadie lo hace). Sin quitarle importancia a los deberes, intentemos no presionarlos.

NO HACER LOS DEBERES POR ELLOS: es importante saber y reconocer que cada niño aprende de manera singular.  Por eso tenemos que permitirle  que llegue hasta donde pueda pero haciéndolo bien,  en lugar de hacerlo todo rápido y quizás mal. Si no puede terminarlos y los lleva incompletos, su maestra sabrá hasta donde el niño puede hacer sin ayudas.  Siempre es preferible un “bueno” de su autoría que un “excelente” por demasiada asistencia.

NO PERMITIR QUE HAGAN LA TAREA EN CUALQUIER LUGAR: Demostrarles que el momento de deberes es importante en la familia y para ello establecer un espacio. No tiene que ser algo demasiado especial, lo que sí es importante es que el lugar de estudio tenga buena iluminación, que no haya demasiado ruido ni distracciones y que cuente con los materiales de consulta y de trabajo cerca.

Si desde pequeños los niños ven como algo normal hacer deberes, un ratito todos los días y en casa, adquirirán el hábito y les costará menos cuando tengan que hacer trabajo o estudiar para exámenes. El objetivo es que se convierta en una rutina agradable en vez de ser una lucha diaria. Siempre, darles tiempo para aprender, ese es nuestro mejor regalo y también, nuestra mejor inversión.

 

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