Hace 6 décadas, en la esquina de Ruta 8 y 25 de Mayo un hombre con visión empezó a hacer realidad un sueño. Hoy , 60 años después, su hijo y sus nietos están al frente de Repuestos Emilio, esta iniciativa del inolvidable Emilio Ferrari, continuando con el excelente servicio a la numerosa clientela de nuestra ciudad y localidades vecinas.
En sus instalaciones ubicadas en Ruta 8 y calle 25 de mayo, desde aquel 1º de abril de 1959, el tradicional comercio, que comenzó siendo una sociedad entre Emilio Ferrari y Pepe Antuna, continúa hoy más vivo que nunca. La historia cuenta que inicialmente fue venta de repuestos de automotores y camiones, y eran agente oficial Philips. “Cuando se disuelve la sociedad empieza Emilio C. Ferrari como lo conocemos ahora, y cuando papá fallece continúo con el negocio, lo ampliamos a nivel edilicio y en cuanto a servicio, y seguimos trabajando con mucho esfuerzo y sacrificio”, cuenta Gustavo Ferrari, actual propietario del local.
“En todos estos años hemos pasado todo tipo de momentos, yo hace más de 35 años que estoy, porque apenas terminé la secundaria comencé a trabajar con mi viejo y pasamos montones de situaciones complejas, algunas con muchos problemas económicos como esta que es muy complicada, pero seguimos en el camino. Hoy estamos tranquilos, con el negocio establecido, es un clásico en el comercio de repuestos en la zona, llevamos más de 50 años en el mismo rubro y en el mismo lugar”, sostiene Gustavo, con el orgullo a flor de piel, que rememora “terminé la secundaria y comencé a trabajar con mi viejo. Seguí con la posta, y ahora se sumaron mis hijos Franco y Renzo en la atención al cliente, junto a Antonella en la parte contable e impositiva; ellos son quienes llevan adelante el negocio, y sin duda serán la continuidad de esta iniciativa comercial”, mencionaba Gustavo Ferrari.
Incluso aclaró, “cuando tuve un momento complicado mío se pusieron al frente del negocio, y para uno es una satisfacción muy especial saber que tenés a alguien muy especial bancándote el negocio, y más de la forma en que lo hicieron, porque cuando yo volví lo único que recibí fueron palabras de elogio de viajantes y de la gente, sobre la atención y el esfuerzo que le pusieron. Gracias a Dios ellos trabajan y aprenden día a día y entienden que esto es de ellos, y así lo manejan”
Y hablando de familia, no podía faltar el recuerdo de quien marcó el camino, sobre quien Gustavo rememoró, emocionado “mi viejo era un tipo extraordinario, buena gente, tipo sano. Recuerdo en el 2003 cuando fue candidato a concejal por el radicalismo, y a mí me quedó un hecho grabado. El fallece un mes antes de las elecciones, y en la cena del cierre de campaña, cuando lo nombran toda la gente que había abarrotado el lugar se para y comienza a aplaudir durante varios minutos, fue un momento inolvidable, ahí uno se da cuenta lo que fue para mucha gente Emilio Ferrari”.
Con el paso de los años la casa de repuestos se fue ampliando no sólo en lo edilicio, sino también en cuanto a servicios para una importante cantidad de marcas de vehículos, incluso en la línea de pesados. “Es un rubro difícil, pero intentamos cumplir siempre, mis hijos son importantes en ese aspecto, rápidamente han tomado un gran conocimiento de las marcas nuevas, los modelos, eso me ayuda mucho” dice su propietario, y agrega “En ese aspecto los chicos son importantes porque aprenden más rápido . Uno se manejaba con catálogos, que había 350, incluso algunos sin imágenes, y uno se agarraba de lo que en mi caso me enseñó mi viejo. Hoy ellos se meten en internet y lo sacan al toque, y hasta te superan en eso”.
Son varias las generaciones que pasan por el negocio, no sólo sucede esto atrás del mostrador, también delante, con los clientes. “Hay gente que hace años que viene al negocio, y por ahí aparecen los hijos, nietos, es muy reconfortante ver esto”, sostiene Ferrari, quien asegura “el futuro del negocio está en las manos de mis hijos. Cuando terminaron la secundaria les dije ‘yo les banco el estudio, una carrera, pero si no quieren estudiar tienen que buscar un laburo, o acá está el negocio’. Ellos eligieron quedarse en el negocio, para mí es una satisfacción y una tranquilidad, porque si bien siempre conté con un plantel de empleados muy responsables, también están mis hijos, y yo me puedo ir tranquilo un fin de semana o de vacaciones sabiendo que ellos se quedan al frente.