Vecinos de Arrecifes que durante 155 días hicieron honor al personal de salud
El 19 de marzo comenzó la rutina. Durante días y meses, a las 21 horas, los argentinos salían al balcón, se paraban erguidos cual memoria colegial y entonaban las estrofas de nuestro querido himno…
¿Acaso jugaba la Argentina contra Brasil? NO, el Mundial había quedado en la historia, lejos había quedado el grito sagrado de gol, ni siquiera los potreros del barrio, ni la canchita de la esquina sentían esa pasión que solo nosotros entendemos…
La Argentina y el mundo entero estaban en silencio, un silencio casi ensordecedor, un silencio histórico pero no de cuentos , el “Había una vez” se había dormido para siempre y a cambio nos sorprendía el miedo y el lejano canto … de libertad …
Y ahí, justo ahí, resonaron las rotas cadenas y en cada balcón una voz, y en cada rincón tu voz, intentado gritar ese gol a través de un aplauso cálido a quienes a partir de ese momento se habían convertido en los únicos héroes del partido: LOS TRABAJADORES DE LA SALUD…
Y en esta Argentina desconcertada, en cada Provincia, en cada región, las voces hicieron historia y aquí justo aquí, en esta ciudad “cuna de campeones”, que tanto a veces le cuesta escuchar… hubo voces, hubo silencios, hubo aplausos, gritos y llantos, hubo días, tristes y nublados, hubo días de saludos lejanos, ellos a ésto no fueron extraños….
Durante el mes de marzo se podía escuchar durante la noche desde muchos de nuestros barrios un único sonido: nuestra marcha patriótica…
Vero y Mauricio uno de los tantos promotores de sacar los bafles en Avenida Belgrano, entre Pergamino y Alberdi, con previa incluida de cuartetos, folklore, tangos y cumbias, invitaban a homenajear a quienes a partir de ese momento eran para nosotros los protagonistas de la historia , en ellos estaban las respuestas a preguntas que ni siquiera nos atrevíamos a decir, entre noticieros que hablaban de una ola de infectados y muertes frente a un enemigo desconocido pero real , lejano pero cierto, temible pero casi, casi tan devastador como ese sentimiento que impulso a ellos a salir durante 155 días a entonar un himno, a sostener una bandera argentina, a aplaudir con esperanzas , a dejar un mensaje , a abrazarse a la distancia , a llorar la soledad de una ciudad vacía que solo en ese instante se unía para gritar a viva voz , “no están solos , oíd mortales el grito sagrado. O juremos con gloria a morir”…
Durante 155 días Gladis , Rosa con sus 86 años , Arturo y sus perros, Marta y Roberto, Susana y Marta, Marcela y Norma con lluvia, frio, dolor ante la indiferencia de gran parte de los mortales que si pero que no compartimos estos “delirios”, salieron al ruedo… y cantaron, y gritaron, y aplaudieron…
Pero la música cada vez más lenta…
Pero la música cada vez más lejana…
Porque a veces duele más la mirada de los que miran y no hacen nada que la de los que nunca miran, porque a veces unos pocos creen que esa gota en el mar no hace falta… cuando la oleada de irresponsabilidad y falta de respeto, de falta de ética y moral, de daño colateral, detienen la música…
Y la música se detuvo…. Y los aplausos ya no tienen fuerzas, y aunque el apoyo sigue y aunque el ánimo impera…. La indiferencia duele…
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
Coronados de gloria vivamos,
¡o juremos con gloria morir!
Para todos aquellos vecinos que una vez salieron a entonar el Himno Nacional Argentino en homenaje a nuestros queridos trabajadores de la salud…
Nuestro aplauso eterno, Nuestro humilde Perdón