Hay una noticia que llena de esperanza a todo Pergamino: Catalina Maglio, la nena de 10 años que peleó por su vida tras la explosión de una maqueta de volcán en la feria de ciencias del Instituto Comercial Rancagua, fue dada de alta de la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) del Hospital Garrahan. El pronóstico, que era crítico por las gravísimas lesiones, dio un giro decisivo y la menor ya se encuentra internada en una habitación común del centro pediátrico de la Ciudad de Buenos Aires, iniciando así la etapa más estable de su recuperación. Este avance representa un verdadero milagro para la familia, que llevaba una semana de máxima tensión e incertidumbre, pendiente de cada parte médico.
La confirmación llegó este sábado por la mañana, de boca de su padre, Javier Maglio.
“Sí, sí, gracias a Dios. Anoche, inesperado porque no lo esperábamos, pero como a las siete u ocho de la tarde la pasaron a una habitación. Esto es lo que estábamos esperando: que la nena se recupere favorablemente y salga de terapia, que era lo más importante”, expresó el hombre, visiblemente emocionado, a los medios de Pergamino.
El padre de Catalina contó que este pase a sala común les permitió respirar un poco. La tranquilidad de ver a su hija fuera de la zona crítica después de días de agotamiento y angustia les da un respiro. Aseguró que aprovecharán este fin de semana para intentar descansar y recuperar fuerzas.
La menor había sido trasladada de urgencia al Garrahan en un vuelo sanitario desde Pergamino el viernes 10 de octubre, luego de que un fragmento metálico de la maqueta impactara en su rostro. La complejidad del cuadro fue extrema: la esquirla penetró por el maxilar superior izquierdo y se alojó peligrosamente a escasos milímetros de la arteria carótida. Por ello, fue sometida a una operación de más de once horas, donde un equipo multidisciplinario compuesto por especialistas de siete áreas quirúrgicas trabajó contrarreloj para preservar su vida.
El último parte médico del Hospital Garrahan es alentador: la niña “se encuentra estable, respira por sus propios medios y tiene una buena evolución clínica”. Su salida de la UTI marca un hito fundamental.
Javier Maglio también aprovechó la ocasión para manifestar su profunda gratitud hacia todos los equipos médicos que asistieron a su hija. “Queremos agradecer a toda la gente que nos ayudó, a los médicos del Garrahan y también al Hospital San José de Pergamino, que se portó re-bien con nosotros. Todos hicieron un trabajo increíble y gracias a eso hoy Catalina está mejor”, destacó, reconociendo el trabajo coordinado que salvó a su hija.
La historia de Catalina conmovió profundamente a Pergamino, que desde el primer momento acompañó a la familia con cadenas de oración. La mejoría actual es la respuesta que toda la ciudad esperaba.
“Ahora tenemos que seguir con cuidado, pero con fe y con la tranquilidad de que Cata está mejor”, resumió Javier antes de despedirse, deseando ese merecido descanso junto a su hija y su esposa, Ángeles, en la tranquilidad de la nueva sala.


