Una vez más, y van…Caballos sueltos casi provocan una verdadera tragedia en plena Ruta 8. Ocurrió en la noche del viernes (21:00 horas) cuando dos vehículos terminaron siniestrados al chocar uno de ellos a un caballo suelto que circulaba por esta ruta. El saldo fue de un caballo muerto, y tres personas, dos de ellas vecinos de Viña, con heridas de consideración aunque sin riesgo de vida.
El accidente se produjo a la altura de la planta de la firma Jacto, en Ruta 8, cuando una camioneta Ford Ranger embistió de lleno a un caballo suelto que vagaba por la cinta asfáltica. Atrás de éste vehículo circulaba un automóvil Citroën, en el que viajaba un matrimonio que reside en Viña. Según fuentes extraoficiales se trataría de la directora de primaria del Colegio Santa Teresita, Susana Paganucci, y su esposo. El auto no pudo esquivar a la camioneta, lo impactó en la parte trasera y terminó volcando.
La pareja resultó con heridas, al igual que el conductor de la camioneta, quienes debieron ser trasladados al hospital local, en tanto el caballo falleció en el lugar a causa de las lesiones recibidas.
Según se supo, la docente regresaba a su casa de la localidad Viña tras haber asistido junto a alumnos de cuarto grado del Colegio Santa Teresita a la jura de la bandera en el Regimiento de Granaderos a Caballo, en Capital Federal.
Este accidente no hace más que acentuar la problemática de los caballos sueltos en la vía pública y en las rutas. De hecho, tras este accidente, otros caballos sueltos en el mencionado sector se introdujeron en barrio Santa Teresita y vagaban por las calles sin control. La policía debió actuar y los capturó. Al momento no se sabe quién es el dueño y responsable de estos animales. Resulta llamativa la desaprensión de quienes tienen caballos y no los cuidan, a pesar de las recomendaciones que diariamente se vienen realizando por parte de las autoridades y de los operativos que se hacen casi todos los días capturando caballos sueltos por todos lados. Parece ser que no hay multas y sanciones que valgan la pena a la hora de hacer recapacitar a los dueños de los equinos. Los animales siguen sueltos a la buena de Dios, y se convierten en un peligro diario para quienes transitan en vehículos por calles de nuestra ciudad y en las rutas. Hasta el momento un problema sin solución.
