Luego del fin de semana de Turismo Carretera en San Luis, se dio a conocer una noticia bomba sobre el futuro de la carrera deportiva de Agustín Canapino: tras su experiencia con el equipo de Ricardo Juncos, el arrecifeño viajó a Estados Unidos donde se reunirá con el argentino con la intención de competir en IndyCar, como parte del equipo Juncos Hollinger Racing antes de fin de año.
Si bien el propio Canapino le dijo a Carburando que se tomará unos días de vacaciones junto a su novia en el país del norte del continente americano, según pudo averiguar el medio mencionado también aprovechará para visitar la base que el equipo tiene en Indianápolis para hacerse la butaca y probar en el simulador.
La idea es dejar todo preparado para concretar una prueba antes de fin de año, en el circuito de Sebring. Sin embrago, antes debería recibir la autorización de la categoría para concretarla. No obstante y a favor del piloto argentino, al equipo le quedan libres dos pruebas en lo que resta del año, para evaluar a los potenciales pilotos que aspiran a subirse a la segunda butaca en el 2023.
El Juncos Hollinger Racing renovó el contrato con Callum Illot y tiene pensada para la próxima temporada sumar un segundo auto a su estructura. Para esa unidad, la escudería de raíces argentinas aun no tiene piloto confirmado.
El propio Ricardo Juncos contó en una entrevista: “Tenemos ocho opciones. Entre esas alternativas podría haber un piloto argentino. Nuestro país tiene muchos grandes talentos desde “Pechito” López, el mismo Sacha Fenestraz, Giorgio Carrara… hasta los referentes del TC como (Facundo) Ardusso, (Mariano) Werner, (Agustín) Canapino…”. Al mismo tiempo que reconoció: “Si lo tuviese que subir hoy, no podrían. Pero con una buena preparación arriba de uno de estos autos, de acá hasta febrero, lo podrían hacer tranquilamente”.
Cabe recordar que Canapino corrió con un Cadillac DPi del Juncos Racing, de la categoría IMSA, en las 24 de Daytona y en las 12 Horas de Sebring del 2019. Incluso durante su estadía en EE.UU. fue que Agustín se subió a un auto de Indy para sacarse la foto que ilustra esta nota, indicando que «Estábamos en el taller y Ricardo Juncos me dejó subirme al auto de Indy porque estaba ahí y realmente es una bestia infernal. Me saqué un par de fotos y la pasamos bien un rato. Fue una linda sensación porque el auto te mete miedo y te asusta con el solo hecho de estar sentado sobre él. Es un tremendo auto de carrera que tiene mucha presencia y sobre todo tanta historia”, cerrando con un premonitorio «Soñar no cuesta nada». Parece que ese sueño está cerca de hacerse realidad.
