En la última reunión de la Liga de Fútbol local, al tratarse el comienzo de un nuevo torneo, el presidente de la entidad, Matías Aguilera, presentó su renuncia. Al conocerse esta decisión, de carácter indeclinable, se congeló el inicio del certamen Miguel «Arilla» Burgos, hasta tanto no haya un sucesor.
En la última reunión de la Liga de fútbol local, uno de los temas que generó controversias fue la presentación de una moción por parte de la Filial de River de separarse del Club River Plate (con quien trabajaban en conjunto) y presentarse como Deportivo Millonario en infantiles e inferiores. En esta discusión sobre aceptar o no a esta nueva institución, que deberá presentar toda la documentación exigida por el Consejo Federal -y, por consiguiente, AFA- el hasta ese entonces presidente de la Liga, Matías Aguilera, reconoció presiones del intendente municipal, Javier Olaeta, para aceptar el pedido del Millonario. “Me llamó el intendente. Después de 4 años al frente de la Liga nunca me llamó ni como presidente ni a la comisión nos recibió. Oh casualidad, nos llamó para ver si podía actuar para que la Filial de River dejará de estar fusionada con el Club River” fueron, palabras más, palabras menos, las vertidas por el presidente al anunciar su renuncia, que detonaron (además de otras cosas, como falta de respaldo de clubes en ciertos momentos) el cansancio, molestia y renuncia de Aguilera.
Ante esta decisión, y la negativa del vicepresidente Martín De Claudio (presidente de Villa Sanguinetti) de ocupar la presidencia, todas las discusiones se postergaron ya que no podía comenzar el Clausura de Fútbol. La decisión de los clubes fue realizar una reunión mañana viernes entre los presidentes de las entidades afiliadas a la Liga para elegir un nuevo presidente, o en su defecto una mesa directiva que actúe como tal. Se sabe, ya sondearon varios nombres de experimentados dirigentes que habrían expresado su negativa a conducir la Liga. Por este motivo, se espera una pronta resolución a un tema más que delicado, por diferentes aspectos que se avecinan, la realización del próximo torneo que puede superponerse con el Mundial y el ya mencionado conflicto suscitado en River, entre otros.
Otra cuestión que debería normalizarse es la composición del Tribunal de Disciplina, que con una sola persona cumple sus funciones de manera anormal, con obvias limitaciones y muchas críticas.
Se vienen jornadas complicadas en el ente que rige los destinos del fútbol local, con la misión primordial de encontrar el o los nombres de quien quiera tomar este hierro caliente.