No hay caso, no hay manera de hacer entender a jóvenes y no tan jóvenes de la difícil situación por la que atraviesa la provincia con la tan temida segunda ola de COVID-19. Por eso es casi recurrente tener que ver en la información policial de cada lunes la noticia de fiestas clandestinas desarticuladas
Lamentablemente las desarticuladas son las menos, porque este tipo de fiestas pululan a diestra y siniestra durante cada fin de semana en nuestra ciudad, hasta bailes se organizan según denuncias de vecinos. Los controles, está claro, no dan abasto.
Está vez desde la secretaria de Seguridad se informó que en la madrugada del domingo se procedió a la desarticulación de tres fiestas clandestinas que se estaban desarrollando en domicilios particulares de nuestro medio. Una en un domicilio ubicado en calle Marcelo T. de Alvear al 800, otra en un domicilio de calle Pedro Vistalli al 1.100 y la restante en un domicilio de calle Canapino al 1.000.
En dichos domicilios se procedió a labrar las actas de infracción correspondientes por incumplimiento de la Ley sanitaria vigente.
Esto parece que no alcanza para detener a las fiestas clandestinas.
