Un profesor de Filosofía que dictaba clases en nuestra ciudad, Salto y Pergamino fue condenado a 3 años de prisión en suspenso tras haberlo encontrado culpable del abuso a la hija de su pareja. Se trata de Ramón Miguel Escobar, de 32 años de edad, quien es oriundo de la provincia de Chaco.
La causa estaba a cargo de la Dra. Alejandra Ghiotti, agente fiscal de la UFI N°7 del Departamento Judicial de Pergamino y el juicio se llevó a cabo la semana pasada frente al juez Miguel Ángel Gaspari y en su alegato, la fiscal Ghiotti solicitó que se le imponga la pena de tres años y tres meses de prisión de cumplimiento efectivo por resultar autor penalmente responsable del delito de abuso sexual simple agravado por la calidad de guardador. Tras el juicio abreviado celebrado la pasada semana, el martes se leyó la sentencia, la cual fue condenatoria para Miguel Escobar quien no cumplirá la pena en prisión dado que no supera los 3 años y medio.
El padre de la menor fue quien realizó la denuncia penal en septiembre de 2017 en la Comisaría de la Mujer y la Familia de Pergamino luego de que su hija y su hermano le contaran lo sucedido en la casa donde vivía su madre y la pareja.
El calvario comenzó un día que el padre fue a buscar a su hija a la casa de su ex esposa y cuando llegaron a su domicilio, la menor le entregó un papel a su padre y le dijo: “lee esto papá, no quiero hablar de eso y por favor no le cuentes a los abuelos”. En el papel decía: “el novio de mami me insistía con darle un beso en la boca pero yo no quería. Perdón, nunca mas lo hago, no quiero hablar del tema”. El padre comenzó a indagar a sus dos hijos en busca de más información y su hija le confió que la pareja de su madre la había besado y tocado sus partes íntimas
El Juez Miguel Ángel Gaspari encontró al docente como autor penalmente responsable del delito de “abuso sexual simple reiterado y agravado por la condición de guardador”.
Escobar fue apartado de su función como profesor en Salto y Arrecifes pero será determinación de la provincia si al resultar condenado lo mantiene o destituye del cargo.
Antes de conocerse la sentencia judicial, el docente distribuyo entre sus alumnos y establecimientos donde trabaja una carta en la que afirmaba que la víctima fue “manipulada” por el padre. La carta rezaba lo siguiente:
“Les pido unos minutos para aclarar las publicaciones en internet que me incriminan sin razón. Les pido se tomen el tiempo y lean estas líneas. Desde ya muchas gracias. La semana pasada tuve la oportunidad de ver el vídeo de la cámara Gesell que me facilitó la Dra Melisa Francione, cuando la visité en su oficina de la Defensoría de Pergamino.
No sé qué elementos, además de dicha cámara, ofrecen quienes me acusan de ser responsable del “supuesto abuso”. En el vídeo no veo elementos que prueben la veracidad del hecho por el contrario veo una manipulación del padre (y los adultos con los que estuvo la nena en ese tiempo) para que diga y haga eso la supuesta víctima.
No recuerdo en este momento con exactitud, los días que pasaron desde que supuestamente sucedió el hecho hasta el día en que la supuesta víctima fue citada a la cámara Gesell,pero fueron más de 15 días, en ese período de tiempo la supuesta víctima pasó por entrevistas con psicólogas (que no hicieron más que suponer el hecho en vez de “utilizar un método de la psicología” para corroborar la veracidad o falsedad) y fundamentalmente compartió con su progenitor, quién hizo la denuncia. Con esto quiero decir, tal como se puede observar en el vídeo de la cámara Gesell, que lo declarado (relatado) por la supuesta víctima no es genuino ni espontáneo, es un discurso armado a partir de estos diálogos (inducciones) de los mayores, del progenitor fundamentalmente.
Sumado a lo que acabo de decir, hay que sumarle la falta de profesionalismo de la psicóloga a cargo. La supuesta víctima oía las preguntas que le hacían por los auriculares. El método utilizado no cuenta con una rigurosidad científica, es materia de interpretación. Entiendo que para facilitar la decisión imponen modelos autoritarios como el de la cámara Gesell, pero eso en absoluto es un método científico 100% seguro. Pueden mandar a la cárcel a personas inocentes sin elementos, como en este caso.
Tal como lo dice el Dr. Ledesma “La Cámara Gesell no es método infalible y tiene márgenes de error, además de no contar con la absoluta adhesión de la comunidad científica” .
En esta línea la Psicóloga Silvia Pugliese nos aporta los siguientes elementos para dudar de la efectividad de la cámara Gesell: “Uno de los puntos que cuestionó la psicóloga Pugliese es que se use a la Cámara Gesell como único recurso para investigar un posible delito. Y entre los puntos que citó para sostener su cuestionamiento está la posibilidad de que el menor responda en la línea de lo que el psicólogo va preguntando”. Además de la entrevista de la supuesta víctima con la psicóloga en la cámara Gesell también adjuntan declaración de la psicóloga de la supuesta víctima quien afirma que el hecho sucedió.
Más de lo mismo, dado que el psicoanálisis (pseudociencia de moda en nuestro tiempo) tampoco cuenta con la adhesión de la comunidad científica (Mario Bunge). El supuesto hecho habría ocurrido en la casa materna, donde la nena y su hermano pasaban algunos días con la madre.
En el momento que habría ocurrido el supuesto hecho la madre estaba en la casa. Tengo que decir que la madre nunca me incriminó, en su declaración no me acusa de nada. Es más, desde el primer momento -aunque desconcertada por lo que estaba sucediendo- y sin dejar de amar a su hija me dio todo su apoyo. Por la experiencia de la convivencia y todo lo que hemos compartidos le parecía absurdo que suceda algo así. Todo esto lo inició el padre de la nena con la intención de enviarme a la cárcel, no se por qué. Como no lo logró ahora usa sus contactos (como UDOCBA y sus allegados de política, pues se postuló con Sergio Massa en las elecciones pasadas) para viralizar contenidos que me incriminan y me aplican una “pena social”. Simplemente quiero dejar en claro que soy inocente, vivo para mi trabajo, mis hobbis y quiero seguir con mi vida normal. Con respecto a XXX (cita el nombre del progenitor de la menor) y todas las personas que están detrás de esto simplemente lamento que no puedan ser felices y gasten sus vidas tratando de molestar a otro (en este caso yo). Entre las cosas que leí se dice que “SOY CULPABLE” y eso me condenaría, pero respondo diciendo que no es así y de hecho pueden verme caminando libremente por las calles, como toda persona inocente. También hacen mención (en estas publicaciones) a que se me aplicó el art. 139 y no puedo dar clases, también respondo diciendo que no es así. Sigo con mi trabajo normalmente como toda persona libre e inocente. Por último mientras escribo estas líneas estoy sentado en mi casa con una paz interna y tranquilidad, la paz y tranquilidad que tiene toda persona inocente y puede andar libre. Se que estas publicaciones no hacen más que buscar una condena social, el daño moral que esto me ocasionó no lo recuperé más. Espero que a esto no vuelva a suceder con nadie, no es fácil sentirse CONDENADO por una sociedad que lee sin saber el origen del mensaje ni si es verdad o no lo que se dice. En conclusión me están condenando sin elementos, sin argumentos. Soy inocente y quiero seguir con mi vida normal. Sin más, les agradezco nuevamente el tiempo que se tomar para leerme. Miguel Escobar”
Foto: Diario Junín