Y no quedó otra… Tampoco funcionaba ya la pizarra y la tiza, costaba, tampoco iban más los pupitres puestos en filas, los pibes callados, sin repetir ni soplar, sin moverse ni opinar, llenando sus hojas de garabatos sin sentido, tampoco esa iba más…
Y les preguntabas a ellos, a ellas, ¿Qué te pasa con la escuela? “Me aburre” “La escuela me aburre”. Y ahí surgieron nuevas pedagogías, de apuntar a la neurociencia; a la meditación; a la libertad de expresión; a las inteligencias múltiples; a la diversidad de formas de aprender; pero también, y sobre todo, formas de enseñar…
Y de pronto… El silencio… vamos a enseñar y aprender desde casa, si, desde el celu, desde la compu, con términos como Zoom; Meet; videollamada; asincrónico; sincrónico; recreo virtual; vínculos de baja intensidad; compromiso; impresión de tareas; Word; mail; filmaciones; mapas conceptuales digitalizados; tutoriales; besos; caricias; abrazos; palabras de aliento; retos; tu nombre; mi nombre; sonando en un mail que capaz abro, que capaz miro, que capaz me copo, que capa borro, que capaz hago, que capaz dejo, que capaz me importe que capaz no entienda que capaz… me faltes vos.
Porque si, porque te conozco todas las ventajas; conozco mi tiempo; mis ganas; mis obligaciones; compromiso y rechazo; mi apatía; mi conciencia; mi mundo; conozco todo; pero me falta ese otro: ese “llegaste tarde”; ese “saca una hoja”; ese “a dirección”; ese “te lo explico otra vez”; ese “tenés un 1”; ese “vos podes”; ese “vas a llevar la bandera”; ese “dame un mate”; ese “que no te vea el profe”; ese “¿Qué te está pasando?”; ese “¿Llamamos a mamá?”; ese sermón interminable; ese “¡Y hoy que le paso a ésta! ¿Mal día profe?”; ese “Acá estoy”, “Acá estas”, porque me ves, te veo, yo sé que estas …
Y la plataforma está buena, a veces me copo y entro, a veces mi vieja me la quema y le pongo onda, a veces me duermo meses y ya fue.
Así que no sé, a mi regalame el corazón, porque aunque yo repita y repita y siempre me haya costado y nunca me haya puesta ni media pila, yo voy a la escuela, ocupo el tercer banco de la segunda fila al lado del Lucas y de la Ro. Los extraño, y te veo llegar, oles a rosas, oles a 212 man. Y seguro tenés 500 quilombos, pero sacas la tiza, abris tu mochila, sacas ese libro denso que queres que entienda y me guiñas un ojo y ahí justo ahí entiendo, que ves en mi un futuro. Vos me ves. Y entonces abro la carpeta sucia, saco una hoja cualquiera y te escribo a vos, si a vos maestra, profe, a vos que tenés corazón… No me pidas que le hable a tu mail, porque no huele a flor, y yo necesito de vos.
¿Clases virtuales? ¿Pizarra y tiza? Qué se yo. Yo lo único que sé es que esto nos mareo a todos. Y a mí, a mí me faltas vos.
Como dice la canción: No demos todo por perdido mientras quede un beso que nos salve…
Dedicado a maestros y profes en su mes .