En su obra Las siete reglas de oro para vivir en pareja, el Dr. Gottman señala que “si no sabemos valorarnos como personas, estaremos siempre buscando lo que está mal, tanto en nosotros mismos como en nuestra pareja. Esto nos llevará a concentrarnos en aquello de lo que carece nuestra pareja y pasamos por alto lo que tiene de positiva”.
El Dr. Gottman, junto con su coautora Nan Silver, ilustran esta situación con el caso de una pareja a la que vamos a llamar Carlos y Ana. La situación es la siguiente:
Carlos, no puede apreciar sus propios logros. Cuando tiene algún traspié en su negocio, siente que él mismo no vale nada. Y cuando su negocio marcha bien, no se permite felicitarse y disfrutarlo. Una voz en su interior le dice permanentemente que él no vale nada como persona. Carlos busca continuamente la aprobación de los demás, pero no puede aceptarla cuando la recibe.
¿Qué pasa cuando Carlos se casa con Ana? Puesto que sólo sabe ver lo que está mal, sólo lo que falta en lugar de apreciar lo que tiene, le resulta difícil disfrutar de lo positivo de su relación con Ana. De modo que, en lugar de apreciar las cualidades de su mujer, su dulzura, su devoción y el apoyo emocional que le ofrece cuando tiene algún problema, Carlos se centra en lo que considera sus defectos: que es una persona demasiado emotiva, que no sabe relacionarse socialmente, que no es tan limpia y meticulosa en la casa como a él le gustaría.
El Dr. Grottman señala que la historia de Carlos y Ana se repite en el 85% de los matrimonios infelices.
Si estamos experimentando insatisfacción en nuestra vida de pareja, es muy importante plantearnos si acaso la raíz del problema no estará en la insatisfacción con nosotros mismos. Recordemos que Jesucristo enseñó: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Sino hemos aprendido a amarnos a nosotros mismos, ¿cómo podríamos saber realmente lo que es amar a otra persona?
Lic. Rodrigo Arias
Licenciado en Teología y en Psicología.
Conductor del programa radial y televisivo Una Luz en el Camino